La paradoja de una producción en leve alza y un consumo que lucha contra el aumento desmedido de los precios en góndola, en un contexto de liquidación de hembras que preocupa al sector.

La carne vacuna, pilar de la dieta y la cultura argentina, enfrenta una compleja encrucijada marcada por incrementos de costos sostenidos y una producción con signos contradictorios. Según el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el consumo interno aparente registró un avance interanual del 7,7% en los primeros ocho meses del año, llegando a 1,561 millones de toneladas res con hueso. Este repunte, sin embargo, no se debe a una mejora en el poder adquisitivo, sino a una combinación de factores de oferta: una producción que creció un 1,0% y, crucialmente, una caída del 14,7% en las exportaciones, lo que dejó más producto disponible en el mercado local.
La brecha entre el campo y la mesa
El análisis del costo revela una dinámica desigual en la cadena. El precio promedio de la hacienda en pie en el mercado de Cañuelas experimentó un incremento mensual del 10,9% en agosto, ubicándose en $2.625,1 por kilo vivo. Este valor representa un aumento interanual del 50,5%. Categorías como los novillos y las vaquillonas superaron el 55% de incremento interanual. No obstante, esta fuerte suba en la materia prima no se trasladó de manera completa al consumidor final en el último mes. El informe del INDEC citado por la CICCRA indica que el rubro «Carnes y derivados» tuvo la suba mensual más baja entre los alimentos en agosto, con sólo un 0,6%, donde los cortes vacunos subieron un 1,0% en promedio. El asado, por ejemplo, prácticamente no varió su precio por tercer mes consecutivo (+0,2%).
La dificultad persistente para el acceso
A pesar de la desaceleración inflacionaria reciente, la comparación interanual evidencia la profunda dificultad para acceder al producto. El precio de los cortes vacunos acumula un aumento del 53,9% en los últimos doce meses, muy por encima del promedio general de inflación (34,6%) e incluso del rubro alimentos (28,0%). Cortes populares como el asado (+60,1%), el cuadril (+58,0%) y la nalga (+57,4%) lideran estas subas. Si bien el consumo per cápita anual se calcula en 49,8 kilos, mostrando una recuperación del 4,2% interanual, este dato «aparente» enmascara una realidad donde los hogares argentinos deben realizar un esfuerzo económico significativamente mayor para mantener un consumo que se encuentra lejos de los niveles históricos.
Una mirada hacia adelante: entre la liquidación y la coyuntura
El informe de la CICCRA arroja una señal de alerta para el futuro del sector productivo. La participación de las hembras en la faena total se mantuvo en un 47,2%, un nivel que la entidad califica como «muy por encima del límite superior consistente con el mantenimiento del stock de hacienda». Esta práctica de liquidación de vientres, agravada en agosto por factores climáticos que redujeron la faena total, podría comprometer la capacidad productiva del país a mediano plazo, ejerciendo una presión alcista adicional sobre los precios. En el corto plazo, la caída en las exportaciones, principalmente hacia China (-14,7% interanual a 8 meses), actúa como una válvula de alivio que aumenta la oferta interna, pero depende de una coyuntura internacional volátil.
(Fuente: «Informe Económico Mensual Nº 295 – Agosto 2025» de la CICCRA)