Están quienes vinieron porque creen y están también quienes lo hicieron para intentar empezar a creer.
Están los que vinieron por una promesa y están también los que llegaron simplemente para agradecer.
Están los que vinieron solos, están las parejas de largos años, están los novios que recién arrancan, los grupos de amigos, los del laburo, los de la parroquia.
Están los que la hacen completa, desde Liniers, y desandan unos 60 extenuantes kilómetros.
Están los que se animaron a los 40 kilómetros desde Moreno y si se animan el año que viene encarán el recorrido completo.
Están también los que arrancaron desde General Rodríguez y caminarán unos 20 kilómetros hasta el destino final.
Están todos los que quieren y pueden estar.
Que cada año son más, mucho más, y le dan a la caravana una convocatoria impactante, más cuando se la vive desde adentro.
Está el nutrido grupo de fieles de Olavarría que este fin de semana participó de la Peregrinación Juvenil a Luján 2025, una de las manifestaciones de fe más grandes del país.
Bajo el lema “María, Madre del Encuentro y la Esperanza”, los caminantes partieron desde el santuario de San Cayetano, en Liniers, y otros grupos lo hicieron desde localidades intermedias hasta llegar todos a la Basílica de Nuestra Señora de Luján.
Desde distintas parroquias y comunidades olavarrienses se sumaron jóvenes, familias y grupos pastorales que, con esfuerzo y devoción, caminaron para agradecer, pedir y renovar su fe.
Durante todo el trayecto, los peregrinos fueron acompañados por voluntarios, personal sanitario y organismos de seguridad, que garantizaron la asistencia y contención en cada posta.
Desde las comunidades locales destacaron el espíritu de fraternidad que se vivió entre los participantes y el gesto solidario de quienes brindaron agua, comida o abrigo a lo largo del camino.
La misa central del domingo, frente a la Basílica, reunió a miles de personas y marcó el cierre de una nueva edición de esta tradicional expresión de fe popular, de la que Olavarría volvió a ser parte activa.
